Continuando con nuestro tema de Networking 101, retomamos el tema de la confianza, y las metáforas.

¿A quién le prestarías las llaves de tu casa, oficina o negocio? Seguramente a muy pocos. Y, ¿qué tienen en común esas personas? Sencillamente que confiamos en ellas. Sin embargo, muy a pesar de la confianza que les tengamos, ¿cómo podrían saber qué llave abre qué puerta? La respuesta es que no pueden saber, sólo el dueño de las llaves lo sabe con seguridad.

De la misma manera, sólo nuestros compañeros en la rede de trabajo saben a dónde pueden llevar sus referencias y qué puertas pueden abrir. Si hemos trabajado lo suficiente para ganarnos su confianza, y pedirles las llaves, es fundamental considerar dos cosas;

     primero, ¿qué puerta quiero abrir? Es decir, ¿cómo le ayudo a mi compañero a decidir qué llave puede serme útil? Si no tengo bien definido qué busco, más allá de un simple giro o industria, difícilmente llegaré a la puerta que quiero, aun contando con una llave que cortésmente se me ha confiado.

Segundo; ¿qué hago con las llaves que se me han confiado? Sencillo, cuidarlas. Si las pierdo, el más afectado no soy yo, es el dueño. No todas las llaves se pueden remplazar. En otras palabras, la confianza se crea, pero también se destruye.

Recuerde, las redes no se alimentan de consumo interno. El objetivo principal es llegar a puertas para las que no tengo llaves. Así que, ¿qué puerta quiere abrir?, y si ya la encontró, ¿es digno de las llaves?

Por: Josué Nevárez