¿Cuál es el propósito de Alianza empresarial Centauros del Norte? ¿A qué asistimos cada sesión? La respuesta es sencilla, a hacer negocios; pero para hacer negocios, es indispensable hablar de confianza.

El objetivo del networking es construir, literalmente, una “red de trabajo”, una red de relaciones. El principio básico es que detrás de cada uno de nosotros existen 250 personas y contactos de calidad; el potencial de una red puede entenderse como la suma de esos contactos. Pero los contactos no son suficientes. Como en todo en la vida, hace falta trabajar. ¿Trabajar en qué? En conocer y generar confianza en los miembros de la red. Resulta difícil, incluso imposible, hacer negocios con personas que no conocemos o en las que no confiamos. De lo anterior se desprende la necesidad, pero, sobre todo, la responsabilidad de estrechar una red. ¿El secreto? Tiempo y presencia. Como metáfora, el networking se parece más a cultivar que a cazar, y las sesiones son para sembrar, no para acechar.

Como tip, resulta interesante evaluar cómo interactuamos con otros en una sesión de networking; la regla de los 12 pies, las 12 pulgadas y las 12 palabras nos ayudan a entender lo siguiente:

  • A la distancia, a los 12 pies, es importante evitar “escondernos” o “refugiarnos” en nuestros conocidos. Hablar de los temas de siempre con las personas de siempre difícilmente pueda considerarse networking.
  • A media distancia, a 12 pulgadas, pocas estrategias superan a una sonrisa cálida para presentarte con un desconocido, y una postura erguida y un apretón de manos son difíciles de olvidar. 
  • Por último, ¿cuáles serán las primeras 12 palabras que salgan de mi boca? Recuerde, el objetivo es cultivar, no cazar. Utilice comentarios de carácter personal, sea auténtico y sincero. En pocas palabras, demuestre interés.

Como comentario final, ¡evite la improvisación! Una pequeña preparación con anticipación puede ser la diferencia entre conocer a ese contacto que tanto ha buscado, o convertirse en una tarjeta de presentación más.

Nota por: Josúe Nevárez